Los eventos de mayo de 1968 fueron calificados por medios de información masiva e intelectuales como la ´primera revolución del siglo XX´, y alrededor esto se creó un aura mítica sobre una jornada protagonizada por la juventud desesperanzada de hippies y psicodélicos que buscaban en la filosofía oriental la libertad de los sentidos para atacar a la moral sexual. En ´Neofascismo e ideología del deseo´, Michel Clouscard pone al descubierto que la teoría ´antitotalitaria´ del mayo francés fue la perfecta coartada de rebeldía para la nueva ideología del capital. Tras la proclamada liberación de los impulsos y la satisfacción de los deseos no está la emancipación humana, sino el comportamiento de las clases sociales y la diferencia radical entre el deseo burgués (bienes inmobiliarios), del pequeño burgués (la mercancía), y del proletariado (bienes esenciales de sobrevivencia). De tal forma que para Clouscard el verdadero lema de mayo del 68 no fue ´la imaginación al poder´, sino ´todo está permitido, pero nada es posible´, es decir, la emancipación en el estricto marco autorizado del consumismo, liberal en las costumbres, represiva en la relación capital-trabajo, la ideología del deseo que justifica el consumo de las clases parasitarias y la explotación rapaz de las masas trabajadoras. 10