Los autores asumen una posición materialista, pensando el libro como objeto, atendiendo a la trama de relaciones por donde circula y anclando los fragmentos biográficos en su contexto. Este enfoque es claramente interpretativista pero al mismo tiempo -y aunque parezca paradójico- antihumanista, bajo inspiraciones deleuzianas y latourianas, como antídoto ante la suposición fácil de que la condición humana es siempre y ompletamente la misma. Es una cosecha dispar de fragmentos de una teoría en construcción, impresiones, interrogantes, estímulos, enigmas, sugerencias. Algunas ideas, pocas respuestas, ninguna receta.