Con versos límpidos y de elegante belleza, Robin Myers continúa construyendo una poética que ancla en lo simple y cotidiano, y que deja que el sentimiento personal asome con una discreción conmovedora. Si alguna vez Myers definió al poema como "una cosa muy pequeña, tan frágil como cualquier otra", esta nueva obra nos confirma que puede ser un artefacto luminoso, intenso, siempre punzante.