En Colombia, la Cordillera simboliza todo lo que este país representa en materia de hazañas, de dramas, de emociones y de leyendas. La Cordillera puede cambiar vidas. En estos puertos que parecen estar a medio camino del cielo son raros los que no han probado alguna vez a ponerse un dorsal;en ellos los más fuertes, los más serios acaban por conquistar un contrato, y a veces hasta la luna. De montaña en montaña, el autor ha surcado las carreteras colombianas a la búsqueda de los campeones de ayer y de hoy, hombres con destinos a menudo novelescos. Egan Bernal, el niño prodigio de Zipaquirá, abre aquí por primera vez el álbum de su vida;su nombre ya se escribe con letras de oro. Los de Cochise, voceador de periódicos a los 8 años;Patrocinio, minero a los 10;Lucho, secuestrado por las FARC una vez retirado;Fabio, vencedor moral del Tour de 1988;Nairo, hijo de la miseria rural, y muchos otros hace tiempo que están grabados en mármol. El ciclismo colombiano, cuya imagen se ha visto dañada por la violencia, los narcos y la sombra del dopaje, recobra en estas páginas un aliento nuevo. Ahora más que nunca, el