El mundo que la Alianza conocía estaba a punto de convertirse en un infierno. Hell estaba libre tras más de tres mil años de cautiverio. Se hizo con los toltecas con la maestría que le reportó su apodo, la Mentirosa, milenios atrás. Algunos de los nobles toltecas albergaban sus dudas, pero siempre era más fácil aceptar una mentira que buscar la verdad. Del primero al último clavaron rodilla ante un demonio, y nadie sospechó nada. 10