Desde que se despierta la memoria acopiamos vivencias de los que nos rodean, escuchamos, leemos, intentamos valientes parchear esos huecos, en los que no podemos bandearnos, con las experiencias heredadas de otros. Y sin duda es hermoso el legado, adquirido y trasladado de una generación a otra, porque en el camino de los sentimientos, del interior del alma, no hay cambios sustanciales, la evolución es poca, el amor y los besos, el dolor y la furia, la pasión, la venganza, el sueño en lo imposible, lo posible alcanzadoà