El protagonista del poema largo El Sur de Marcin Kurek piensa que está en sus últimas horas de vida después de saber que ha bebido de una botella en la que habían traído, en un viaje por Europa hasta Polonia, una rama de adelfa. A partir de ese momento, empieza un viaje en su interior, un repaso mental que va en varias direcciones: es geográfico, donde tienen una gran presencia Italia, Francia o España, es temporal y es intelectual. Realiza su propia "anábasis" en un sentido literal y en un sentido metafórico. Galardonado en 2010 con el Premio de la Fundación Koscielski, uno de los más prestigiosos de su Polonia natal, El Sur es un gran poema de la modernidad XABIER FARRÉ