«Algunos días se veían obligados a comer pan y melaza. No había nada más. María Clemm hacía labores de aguja. Virginia era demasiado frágil. Solían pasar frío por ahorrar el combustible de la estufa;pero no podían escatimar el aceite de ballena ni el petróleo de la lámpara, porque en la oscuridad resultaba imposible escribir.» La vida de Edgar Allan Poe adquiere en estas páginas toda su dimensión humana, la del escritor cuyo genio debió lidiar con las adversidades. Los escándalos, la miseria, la muerte, la demencia y, en su decurso, la forja de una obra sublime, atraviesan los días y las noches de un creador visionario, marcado por la tragedia. Jordi Sierra i Fabra, Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil 2007, ha sabido elaborar un vívido retrato de Poe y de su literatura, que Alberto Vázquez ha dotado con estampas de inquietante belleza.