La diplomacia corporativa es el desarrollo instrumental de la estrategia de la empresa en su relación con los poderes públicos y privados ante los cambios estratégicos. Su objetivo es la generación de confianza, el incremento de la reputación y la gestión de la influencia política y social. Esta suerte de inteligencia directiva sirve de apoyo a los responsables de organizaciones que operan en el entorno internacional.