Monsta está un poco decepcionado. Había elegido intencionadamente a ese niño para vivir debajo de su cama. Tenía pensado hacer cosas espeluznantes y darle muchos sustos. Y se había esforzado un montón para ello: se afiló los dientes, preparó máscaras y se puso los pelos de punta. Roía postes, hacía chirriar las puertas y hasta le escondía juguetes. Ensayaba sonidos terroríficos con la nariz, sacaba cada vez más músculo y trataba de asustarlo, sin éxito, con el crujir de sus huesos. Incluso intentaba agarrarle las piernas por debajo de la manta. Pero nada de nada. El niño ni se inmutaba. Roncaba, dormía plácidamente, gruñía y sonreía en sueños. Ni gota de miedo. ¡Normal que Monsta estuviera tan harto y aburrido! AUTOR DITA ZIPFEL Cuando Dita Zipfel tenía más o menos mi edad, dormía como un tronco como mínimo nueve horas cada noche. Siempre decía que tenía la increíble sensación soporífera de que había alguien haciendo guardia bajo su cama. Una mañana, encontró una carta encima de su barriga y enseguida supo de quién era. MONSTA. MATEO DINEEN A Mateo Dineen le apasiona dibujar m