El nuevo libro de Fernando Aramburu, tras Patria, no es una novela y tampoco un ensayo: es tal vez el texto más personal y el más comprometido del autor, tal vez el más arriesgado. De lo que no cabe ninguna duda es de que es el más bello. En Autorretrato sin mí el lector sospecha que Aramburu habla de sí mismo, pero enseguida sentirá que habla de todos nosotros. Sin brizna alguna de exhibicionismo, tan omnipresente en muchas obras, estas prosas conforman el relato de la vida de un hombre en el que todos podemos reconocer al autor y reconocernos. Sus páginas plasman en escenas inolvidables las relaciones familiares, el padre, la madre, el amor, los hijos, los gozos y las angustias con que está hecha la biografía de todos nosotros. Por eso es un libro que debe leerse a sorbos lentos, por eso es un libro que difícilmente va a olvidarse.