El gobierno comunista ha animado a los granjeros a plantar grandes campos de ajo. Estos recorren enormes distancias con su cosecha, pagan elevados impuestos y, al final, descubren que es imposible venderlo porque los almacenes estatales están repletos. Los campesinos se sublevan y la represión es brutal pero, incluso encarcelados en condiciones terribles, aún florecen entre ellos el amor y la lealtad. Mo Yan ha escrito una novela épica, en la que la belleza está descrita con lirismo y la brutalidad con un realismo estremecedor. Una tragedia oriental que nos introduce en una China recóndita y contemporánea, que aún continúa siendo una desconocida.