Los personajes de Chéjov son tipos despreciables, astutos, obtusos, provincianos, ignorantes, humildes, vanidosos, deshonestos, soñadores, sencillos... a los que Chéjov no critica ni juzga, sobre los que no emite ningun veredicto. Simplemente, ironiza sobre ellos.No los describe ni los define, no analiza su alma ni sus inclinaciones, sino que deja que sean ellos mismos quienes se presenten por medio de sus actos.