Una saga familiar, marcada por sus mujeres y también por la magia, gira alrededor de una casa entre plataneras. La historia comienza con una partida de cartas desigual, en la que un hombre de campo, próspero y cabezota, el patriarca del clan, se juega su flota de camiones para lograr una ladera, aparentemente baldía, propiedad de un vecino tahúr. La casa que se construye en ese terreno, el primero del pueblo, alberga unos misteriosos azulejos cuya peculiaridad es la de mantener presentes a los antepasados fallecidos. Así, seguirán relacionándose, desde otros planos, con las generaciones de esta familia conformada por personajes femeninos sorprendentes, cargados de ese profundo sentimiento de lealtad y cuidado del que hicieron gala las mujeres de antaño, vinculadas a la tierra y que entendían la vida desde la comunidad. Bajo una apariencia apacible se hilan mil historias, algunas entra¬ñables, otras no tanto. Se cometen crímenes, se pierden cosechas devoradas por insectos, se labran amistades, rencillas y amores que conforman un cuadro coral, en el que las distintas realidades suceden más allá de las dimensiones en las que nos parece vivir, se entreveran en el día a día de unos personajes y unas situaciones dibujadas al más puro estilo del realismo mágico.