Narciso Tomé es una de las cimas del barroco nacional y europeo y, sin embargo, es uno de nuestros artistas más desconocidos. El conocimiento de su obra se ha relegado a la fama del Transparente de la catedral de Toledo y poco más. ¿A qué se debe este desconocimiento? En primer lugar, a la falta de una obra que dé a conocer toda, o al menos, la mayor parte de su producción, y, en segundo lugar, a que su obra se realiza inmediatamente antes de la llegada del neoclasicismo, cuyos tratadistas le atacaron de un modo tan feroz e injustificado que muchos de sus insostenibles prejuicios llegan casi hasta nuestros días. Su obra, aún enigmática en muchos aspectos, alcanza una de las grandes cimas del barroco de todos los tiempos y será necesario conocer sus fuentes para poder valorar la verdadera y enigmática personalidad de este artista, algo que todavía no se ha logrado plenamente.