Los ensayos que componen este libro se proponen seguir la evolución de la forma novelesca a partir de textos que, analizados cronológicamente, dejan ver las configuraciones de los signos y las tensiones discursivas o enunciativas que jalonan la historia de la novela. Si, en este libro, Dostoievski abre la perspectiva histórica del género y si Roa Bastos la cierra, es para señalar mejor la diversidad de referentes tratados por el novelista moderno. Todos los textos analizados en la obra, paradójicamente, dan estabilidad y a la vez desestabilizan la novela. A pesar de sus diferencias, actúan de un modo idéntico que consiste en realizar la novela como forma inacabada, siempre perfectible y siempre renovable. Este libro se propone volver a pensar sobre la novela como serie anterior y posterior a las grandes categorías de Lukacs, de Bajtin o de Auerbach, a los que no se puede ignorar. Por tanto, se inscribe en la continuación de las grandes teorías sobre la novela que están en la base de la reflexión crítica moderna sobre la novela.