Este impresionante testimonio surge de las entrevistas de Gitta Sereny (autora de Albert Speer, su batalla con la verdad y El trauma alemán, entre otras obras) a Franz Stangl, comandante de los campos de exterminio de Sobibor y de Treblinka. Durante más de setenta horas, a partir de 1972, cuando Stangl se encontraba en prisión tras ser juzgado por genocidio, la autora le entrevistó no solo a él, sino también a miembros de su familia, a sus amigos, a las personas que le encontraron en su escondite en Brasil y a supervivientes de los campos de concentración. A través de ellas el lector se enfrenta a una de las cuestiones fundamentales del Holocausto, la banalidad del mal, el hecho de que actos de tal horror y crueldad fuesen obra de hombres ordinarios.