Las referencias a Federico García Lorca y sus obras fueron habituales, desde su primer número, en . Su fundador, el falangista Juanh Aparicio, que había conocido y admirado al poeta granadino, desde su puesto de delegado general de Prensa facilitó las menciones al autor en los medios y en las publicaciones que dirigía personalmente. El lector de esta revista pudo estar al corriente de la influencia lorquiana en los poetas de la posguerra, de la recepción en otros países y de algunos montajes fuera de España.