Cada cien años, el reino de Lemuria envía a su heredera al templo de la diosa Aurora para pedirle protección y formular un deseo. eleste ni siquiera tenía que haber sido la heredera, pero la débil salud de su hermana impide que ella reine y, ahora, el futuro del reino está sobre sus hombros. ¡Y, encima, tiene que ir sola hasta el templo! Sabe que el viaje será largo y que estará sembrado de obstáculos, puede que hasta peligrosà Aunque, por suerte, podrá contar con las armas de Lemuria y con su unicornia, Sadalbari.uando su camino se cruce con el de otras cuatro Hericornias, herederas unicornias de otros reinos, Celeste se dará cuenta de que su glorioso destino no tiene nada de únicoà Pero, también, de que no tiene que cumplirlo sola.