Durante años rezó para que su madre diera a luz a un hijo, ya que su sueño era vivir en el campo rodeada de niños, perros y caballos, pero Isabel, con tan solo veinticinco años, cumplió con su deber y prometió ante su pueblo que dedicaría toda su vida al servicio de la nación tras la prematura muerte de su padre, el rey Jorge VI. Lo que no podía ni imaginar en ese momento es que celebraría por todo lo alto el Jubileo de Platino, setenta años de su ascenso al trono, y que se convertiría en una de las monarcas más queridas y admiradas en todo el mundo. Esta fascinante y deliciosa biografía nos ayuda a descubrir a la reina, pero también a la mujer y su mundo.