¿Por qué algunas partes del mundo son tan ricas y otras tan pobres? ¿Por qué la Revolución Industrial se produjo en el siglo XVIII en Inglaterra, y no en otro momento, o en algún otro lugar? En esta obra Gregory Clark aborda estas y otras decisivas cuestiones, y sugiere que la cultura -y no la explotación, la geografía o los recursos- explica la riqueza y la pobreza de las naciones. En contra de la teoría dominante de que la Revolución Industrial fue provocada por el repentino desarrollo de instituciones políticas, legales y económicas estables en la Europa del siglo XVI, Clark sostiene que estas instituciones existían con anterioridad, y llevaron gradualmente a los cambios culturales profundos que incentivaron a la gente a abandonar los instintos de cazadores-recolectores -violencia, impaciencia, economía de esfuerzo y a adoptar hábitos económicos -trabajo duro, racionalidad y educación.