Las experiencias de Darwin en el archipiélago de Galápagos en 1835 inspiraron en parte sus teorías revolucionarias acerca de la evolución y la selección natural. En este ensayo, el matrimonio Grant explica cómo estos pinzones estudiados por el propio Darwin, y así llamados en su honor, han seguido proporcionando valiosa información científica sobre el origen y la evolución de nuevas especies.