El 25 de enero de 1963, a las 15.30 horas, François Besson es sorprendido por una visión que acaba cobrando un valor simbólico: en el momento en el que se alza hacia el cielo el aullido de una sirena, una chica joven aparece montada sobre una motocicleta y desaparece cuando cesa el ruido. Este instante provoca en el narrador una sacudida interior: «Desde este día, todo se ha podrido. Yo, François Besson, veo la muerte en todas partes.» Durante los siguientes trece días, François Besson siente cómo el vacío va creciendo en él. El primer día, escucha las confidencias de una amiga, grabadas en una cinta, en las que narra qué esperaba de la vida, su cansancio y sus razones para acabar con todo. A partir de entonces, Besson empieza un peregrinaje por las calles de una gran ciudad, mientras intenta escapar de su agonía. El diluvio es una lectura fundamental para comprender la obra del Premio Nobel de Literatura 2008. En ella, J. M. G. Le Clézio retrata la fragilidad del ser humano y la decadencia que reina en las ciudades occidentales. Los rasgos distintivos de su autor, el riesgo formal y la búsqueda de una realidad esencial capaz de aniquilar la nada contemporánea, se plasman aquí con toda la fuerza y maestría del que ha sido definido como «el mejor escritor francés vivo» (Lire).