El Comentario a la Constitución Española, de don Nicolás Pérez Serrano, hilvanado como texto sistemático en el verano de 1931, es una obra que se beneficia de la madurez intelectual de su autor y del conocimiento de la materia que por su oficio le asistía. Y ello se evidencia en tres rasgos que hacen de este libro un trabajo soberbio. Primero, el haber sido redactado en una narrativa fidedigna, favorable al nuevo régimen pero siempre mesurada y equilibrada que trasmite con pulcritud los anhelos de renovación y entusiasmo de la generación que accedió a la política en los felices años treinta. Segundo, el novedoso enfoque que alienta su original idea de Constitución normativa y que da pie a un tratamiento técnico-jurídico del texto que ronda lo sublime. Y su fino olfato para anticipar los problemas que iba a suscitar el funcionamiento práctico de las instituciones que estaban llamadas a dirigir la vida republicana, y que a la postre terminarían coadyuvando -cuando no propiciando- un desenlace trágico.