" La gaya ciencia [es] el más personal de todos mis libros " , le escribía Nietzsche a Paul Rée a finales de agosto de 1882. Poco antes (a mediados de julio de 1882), en una carta a Rohde comentaba: " Este libro es un retrato mío " . Sin duda, Así habló Zaratustra tendrá siempre para Nietzsche un carácter especial, pero no será ya tan personal como la esperanza que se expresa en La gaya ciencia. Por eso, podrá seguir diciendo en el último año de vida lúcida que " los libros que me son más simpáticos son los intermedios, Aurora y La gaya ciencia (son los más personales) " . El carácter personal de La gaya ciencia está íntimamente ligado a la experiencia de una curación, a la gratitud con la que se vive la convalecencia. Como dice el prólogo a la segunda edición, la obra nace como la gran fiesta de un espíritu que ha experimentado durante largo tiempo una gran presión, resistiéndola pacientemente, sin someterse, pero al mismo tiempo sin esperanza.