El peregrino ruso, como se conoce abreviadamente los Relatos de un peregrino ruso a su padre espiritual, es mucho más que un clásico de la espiritualidad. Su influjo ha inspirado a autores tan dispares como Dostoievski o Salinger. Gracias a su calidez y sinceridad, su sencillez formal y su sobriedad, su realismo moral y sus vívidas descripciones, este libro singular ha alimentado el espíritu de numerosas personas de toda clase y condición. Los cuatro relatos que integran la obra original están considerados una de las mejores introducciones a la oración del corazón, en la que el silencio interior y la repetición amorosa del nombre de Jesús conducen a la ansiada divinización. El protagonista es un espejo donde el lector puede revisar su propia existencia y tomar así las riendas de su vida, que se revela como una peregrinación hacia el encuentro definitivo. Siempre se ha pensado que el autor podría proceder de círculos monásticos, pero últimamente cobra fuerza el nombre de Teófanes el Recluso, uno de los escritores espirituales de mayor éxito en el siglo XIX.