Las profesiones sanitarias pueden ser trampolín privilegiado y camino abierto hacia Dios. Enfermeros, auxiliares, médicos, psicólogos y celadores se asoman al misterio profundo del ser humano que sufre y ama. Y por eso les está concedido rozar el misterio mismo de Dios. Ser sanitario -en clave creyente- es al mismo tiempo transitar hacia Dios y dejarse alcanzar por él. En este libro Alberto Cano SJ ofrece un marco para la reflexión y acción pastoral entre el colectivo sanitario. Porque no solo pueden ser vistos como agentes, sino también como receptores de la evangelización.