Reflexiones sobre el lenguaje que usamos para hablar de Dios, sobre cómo lo elaboramos, lo formulamos y lo afinamos, centradas en un aspecto particular, que tiene especial relevancia para la teología. Indagaciones sobre cómo la misma revelación de Dios, tal como esta ha quedado expresada en los textos bíblicos, ha ido generando un lenguaje para hablar sobre él. La Biblia, en cuanto palabra de Dios, es, como afirma Dei Verbum, «revelación de sí mismo» (DV 2) y, por eso, ahondar en ella es el mejor camino para conocer a Dios y para poder hablar de él como se debe.