Como ser humano, como cristiano, como sacerdote, Maximiliano Kolbe permaneció fiel a su conciencia, perseverando, frente al mal, para seguir el mandamiento del amor. Es uno de esos santos que nos muestran cómo construir un mejor presente y futuro. Un maestro de vida que nos enseña a santificar todas las circunstancias y situaciones. Esta obra nos invita a recordar su ejemplar testimonio bajo un perfil insólito y quizás menos conocido: el de su camino interior, trufado de obediencia, trabajo, humildad, oración, contemplación, superación de los propios miedos y ayuda a los demás.