Fray Leopoldo de Alpandeire, hermano lego de la Orden de los Capuchinos, es un ejemplo de servicio, obediencia y amor a Dios. De procedencia humilde, ingresó en la orden como lego a los treinta y cinco años. A partir de entonces, su vida quedó ligada al convento de los capuchinos de Granada, donde ejerció durante años la labor de limosnero.