Una crítica demoledora a una política de resentimiento que erosiona las instituciones y la convivencia En 2011 se publicó en España el libro de Stéphane Hessel ¡Indignaos!, un llamamiento a la indignación como motor de cambio político. Pronto se convertiría en una obra de referencia para la izquierda radical española y acabaría dándole nombre a los integrantes del movimiento del 15-M, los «indignados», germen del partido político Podemos. Más de una década después, el PSOE gobierna con los líderes de la indignación y, lejos de contribuir a una regeneración democrática, observamos el desmantelamiento de los pilares del pacto constitucional de la mano de partidos independentistas. Juan Milián anticipó en 2021 los derroteros que iba a seguir la política española después de que la moción de censura a Mariano Rajoy abriese las puertas de La Moncloa al procés y sus dinámicas. Desde entonces, y especialmente a lo largo de 2022, se ha producido en España un contagio de la estrategia populista de los líderes independentistas. La indignación ha mutado en una división social promovida desde el poder político, para, así, evitar la rendición de cuentas y justificar el asalto a las instituciones de la democracia liberal. La polarización social inducida desde el poder político, el recurso a la mentira y las falsas promesas y el socavamiento de los controles y procedimientos reglamentarios por el Ejecutivo son rasgos del «proceso español» que está instigando las pasiones tribales y el sectarismo ideológico. ¡Liberaos! analiza el fracaso democrático de la política de la indignación y propone una respuesta en defensa de los pilares de la libertad: el reformismo institucional, el imperio de la ley, la separación de poderes y la responsabilidad individual. Porque cuando las pasiones apagan las luces de la razón y las identidades ahogan las ideas, los valores del liberalismo clásico son más necesarios que nunca.