Carlos Rodríguez Braun y Juan Ramón Rallo defienden el liberalismo rebatiendo los argumentos de sus fustigadores. Por ejemplo: la crisis la provocó la liberalización y la desregulación;no manda la política, mandan los mercados;toda reducción del Estado del Bienestar atenta contra las conquistas sociales;los especuladores desestabilizan la economía y generan las burbujas;el Estado puede organizar la economía con efi cacia y equidad;si el intervencionismo es malo, el liberalismo también lo es, y por lo tanto lo correcto es buscar un punto de equilibrio entre ambos. Las cinco lecciones de economía que componen este libro refutan los tópicos del pensamiento único, constituyen un manual para no iniciados en la materia y, a la vez, una invitación a refl exionar sobre las críticas al capitalismo y al mercado libre.En esta obra, amena y provocadora, los autores rechazan la creciente intromisión del Estado, la coacción y la intimidación del poder, así como su constante empeño en recortar los derechos de los ciudadanos, alegando que él sí sabe lo que mejor conviene a sus súbditos. Esa soberbia de las autoridades, esa prepotencia de los poderosos, esa pasión por controlar, asustar, imponer, prohibir, vigilar, multar, recaudar? Eso, concluyen, sí es pecado. La crisis económica ha dado nuevos aires a los enemigos del mercado, que a diestro y siniestro aseguran que el origen de nuestros males estriba en que hemos sido demasiado libres y que ahora necesitamos más Estado. Se vuelve a proclamar, como hizo Sardá i Salvany hace más de un siglo que ?el liberalismo es pecado?.