En 1895 Oscar Wilde (1854-1900) está en la cumbre de su fama y de su popularidad. Todo lo que hace parece tocado por la varita del triunfo. Sin embargo, el proceso que ese mismo año entabla por difamación contra el marqués de Queensberry a instancias del hijo de éste, Lord Alfred Douglas, Bosie -su joven amante-, se volverá en pocas semanas en su contra, de forma que acabará condenado a prisión por homosexualidad, arruinado y repudiado por la misma sociedad que meses antes lo aclamaba. Poco antes de salir de la cárcel, en 1897, escribió "De profundis" -larga carta dirigida a Bosie en la que rememora su relación y, aunque desengañado, se reafirma en sus sentimientos y en sus actos- y poco después, ya en libertad, la "Balada de la cárcel de Reading", poema que sobrevuela la relación entre el amor y las convenciones sociales, entre la vida y la muerte. Traducción de Arturo Agüero Herranz