Miguel Ángel Ortiz Albero, incesante explorador del paseo de escritores y artistas, indaga en este ensayo el deambular de Kafka y sus otros K. Se trata de observarlo sin parpadear, contemplarlo con esa fuerza del mirar incesante de la que él escribe y tacha, mirar sin relajar el párpado, evitando que todo pudiera perderse en un instante de oscuridad, y escuchar con atención cada pisada de los unos y los otros en dirección a la nada.