Tan crudo como divertido. La tristeza de percibir cómo nos vamos convirtiendo en algo que no éramos, de sorprendernos por las mañanas al no reconocernos frente al espejo. Y es que se requiere de una gran inteligencia emocional para no caer en la crisis de la mediana edad, para no sucumbir a la vigorexia o la cirugía, para aceptarla, vivirla y superarla aun cuando tu marido se va para buscar pastos más verdes ¡y ser capaz de encontrar el humor que hay en ello! Con este integral que incluye La crisis de los cuarenta (1996), La crisis de los cincuenta (2005) y La crisis de los sesenta (2013), Florence Cestac (Gran Premio en el Festival de Angoulême en 2000) nos enseña a superar las crisis de la vida con humor, ternura y sensibilidad a través de Noémie, su heroína. Solo hay una consigna: ¡¡no rendirse jamás!!! Una obra maestra de humor perverso, un concentrado de vida con sus risas, sus blues y mucha ternura.