«En estos cuentos [Baroja] ha sabido dar una idea de cómo ser buena persona, de cómo vivir sana, serena, y éticamente en ausencia del Dios cristiano.»Encuadrar a Vidas sombrías (1900) en primer plano permite dejar atrás por un momento su reconocida importancia histórica como primer libro de Baroja y centrarse plenamente en el gozo moral-afectivo que es capaz de producir en el lector.Uniendo en su conjunto una rica variedad de formas, entornos, caracteres y temas, esta colección de 35 breves relatos adquiere cohesión por medio del profundo sentido humanitario que se desprende de sus páginas. Ajeno a la acción política, y a toda idea de recompensa divina, es un humanitarismo enraizado en el carácter de Baroja y nutrido en lecturas de filosofía moral que reconoce como suprema realidad una íntima y radical conexión entre toda materia, entre toda vida, que existe. Por ser bueno, sabio y algo sencillo, este mensaje de fuerte empatía nos sigue resonando hoy en un mundo de grandes desigualdades.El anexo tiene siete ilustraciones, con comentarios, extraídas de una edición de la obra barojiana de 1919.