El recorrido de Alfredo Mayorga ha tenido el quehacer de la enseñanza como tarea fundamental. Ha dedicado a su profesión de educador más de 50 años hasta jubilarse siendo Presidente del Consejo Escolar del Estado y Vicepresidente Europeo. Tarea no fácil en un marco mundial, en cambio permanente, donde hay que «atreverse a educar» y a pensar la educación para hacer viable una verdadera vida humana y para aportar, desde los enfoques teóricos y las propuestas de valores, elementos que recuerden a la sociedad en que vivimos, algo de vital transcendencia. El presente libro trata de enseñarnos lo que él aprendió cuando estudiaba Magisterio en la Escuela Normal «Pablo Montesinos» de Madrid. Aquellos preceptores le enseñaron que, para ser buen profesor, son necesarias tres cosas: dominar la materia que se va a enseñar, saber enseñarla e inculcar el amor por ella. Del prólogo de Fidel Herráez Vegas