Eugène Ionesco, que ha conmovido al mundo entero con su teatro del absurdo, se siente viejo, enfermo y hasta angustiado frente al fin de la vida que se aproxima. Se interroga sobre su pasión por la escritura, por el amor a su esposa e hija, por su trabajo, por la gloria y el mundo, por sus impulsos hacia la fe. El universo de Ionesco, existencial y vanguardista, se nos presenta como una búsqueda intermitente, llena de inquietudes, que le ayuda a profundizar, con una crueldad salvaje en la que no falta un humor terrible, en el análisis de un artista que sigue buscando sin pausa su identidad.