En el campamento, tras disfrutar de una noche mágica en la playa, Nakami e Isaki buscan ayuda para sacar adelante las actividades del club de astronomía. Nakami creía que era el único alumno de clase con problemas, pero pasar más tiempo con Isaki lo ayuda a abandonar su ensimismamiento. Al final, acaban disfrutando de los fuegos artificiales desde la azotea del instituto.