La autora escudriña el carácter de sus habitantes, se empapa de la fisonomía de sus calles y plazas, se cuela en los comercios y centros de recreo e incluso asiste a las duras jornadas de la fábrica de tabacos. El mejor retrato de una ciudad de provincias a finales del siglo XIX. Un espectacular mapa de Marineda en 1883 con más de 70 localizaciones. Un completo árbol de personajes.