Como quién a través de una habitación a oscuras se orienta por la intuición, en Dos metros cuadrados de piel hay una invitación a acceder la realidad por la llama directa de la experiencia. Al leer el primer libro de Ramona de Jesús, recordamos que la valentía es el rasgo más importante de una voz poética. Así lo es para esta joven autora, quien dialoga directa y críticamente con su tiempo imponiendo a los relatos de una realidad fragmentada la contundencia de un saber sensorial potenciado por la palabra.Desde una profunda conciencia de las posibilidades que otorga la materialidad del lenguaje, este poemario asume formas de riesgo, implementando registros textuales de la cultura popular como la carta o el reporte del saldo de banco. Así, desde el encuentro con la prosa y el habla cotidiana surge el recurso de luminosa originalidad que caracteriza este libro. Al alejarse de las formulaciones habituales y ampliar los límites del pensamiento poético, Ramona de Jesús nos enfrenta a su poética de lo inesperado donde acaso "la mano que no escribe, escribe el poema". Es este un libro contundente y valiente que traza nuevas rutas para la poesía Colombiana.Andrea CoteSus conjeturas breves asombran como verdades, recados venidos de esa ficción que llamamos cotidiano. Ramona de Jesús lo espía desde afuera, extrañada y melancólica, como si ella y lo deseado fueran un objeto más entre los descritos. Es que en Dos metros de piel asistimos a la perturbadora presencia de las cosas. Todas significan algo más en la ternura, la violencia y la incomunicación que subyacen a otro registro: el del gozo.Enrique Winter