Durante la posguerra barcelonesa, una noche de agosto de 1944 María corre con sus amigas hacia la Plaça Nova. Tiene apenas quince años y la fiesta de San Roc es una tregua para su pobreza. María quiere bailar boleros y reírse entre gegants y correfocs. La vida es una promesa y, cuando el señor Albert la arrastra hacia el medio de la plaza, ella comienza a enamorarse de quien no debe y su vida cambiará para siempre. Más de treinta años después, durante la represión militar argentina, la joven Isabel será secuestrada en Buenos Aires por miembros de las fuerzas armadas. En un arrebato sentimental, el coronel Azcona acabará sacándola del centro de detenciones para matarla lejos de los demás. Nos encontramos en la década de los setenta, cuando el gobierno de Jorge Rafael Videla pondría en marcha los vuelos de la muerte, aquellos que se adentraban en el Río de la Plata para lanzar a sus aguas a los secuestrados todavía vivos. Sin una relación aparente, en el año 2015, una mujer encuentra muerto a su amante en un céntrico hotel de Barcelona. En aquel escenario, una novela caerá en sus manos de forma casual y, si