La historia nos presenta a un pastelero que trabaja y se esfuerza en hacer su mejor pastel, pero se distrae mirando el trabajo de los demás. A sus ojos, todos tienen, por suerte o por desgracia, los mejores ingredientes o herramientas. Está tan preocupado por lo que hacen los otros que no se da cuenta de lo que tiene a su alrededor. El pastelero habla de aceptación y valoración de lo que cada uno de nosotros somos. Lo importante no son los ingredientes, sino lo que podemos hacer con ellos.