Los protagonistas de estas páginas sufrieron suertes dispares: unos volvieron, otros perdieron la vida y otros se quedaron a vivir al otro lado del charco, generando allí dinámicas científicas propiamente americanas. Respecto a los resultados de sus trabajos, algunos se rentabilizaron, otros nafragaron o se quemaron en incendios, otros quedaron sepultados en archivos españoles y americanos por los vaivenes históricos a ambas orillas del Atlántico o se perdieron para siempre fruto de la desidia. En cualquier caso, el esfuerzo de estos hombres no fue inútil: entre todos, hicieron del mundo algo global: con ellos el Atlántico sse convirtió en un mar de comunicación para todos.