A sus más de noventa prodigiosos años, Dionisia García está en lo mejor de su madurez poética. Así lo muestra y lo demuestra Mientras dure la luz, una apretada y deslumbradora colección de poemas breves, de impecable factura, que reflexionan, sin descender al lamento ni resignarse a la melancolía o a la autocomplacencia, sobre la memoria personal de toda una vida y a la vez sobre la vertiginosa fragilidad de lo por vivir y de lo ya vivido. Desde su altísima atalaya vital, Dionisia García nos afirma su pasión por la vida y por todo lo vivo, pese a lo incierto de cada instante. La luz, esa luz última (que puede ser también la más dorada) del atardecer, es la que cantan los poemas de Mientras dure la luz a nuestros ojos aún ciegos. A.L.