Samuel Johnson dedicó más de una década a escribir su Diccionario, lo cual consideraba que era un trabajo aburrido. Aparte de eso, decía que los diccionarios son como los relojes: el peor es mejor que ninguno, pero del mejor uno no puede esperar que sea del todo preciso. Este mío quizá de diccionario solo tenga el que contiene palabras en orden alfabético. Sea como sea, espero y deseo que sus posibles lectores encuentren en sus entradas humor, reflexiones y anécdotas que los induzcan a aventurarse por los inabarcables caminos del saber.