El parque es el eje alrededor del que gira el barrio en el centro de la ciudad, y en él confluyen a diario infinidad de destinos: los de turistas y paseantes, estudiantes y barrenderos, indigentes y animales. En medio de este microcosmos, Alberto, un anciano cuya mujer desapareció de manera inexplicable, busca a alguien que remedie su ausencia en cierta medida;David, informático y padre, protege a su hijo pequeño con celo aprensivo, perseguido también por una pérdida irreparable;Esther, bibliotecaria con un tortuoso pasado a cuestas, alberga una carencia que no logra colmar. Son tres personas traumatizadas que desean, cada una a su modo, dejar atrás sus sentimientos de culpa, resarcirse del sufrimiento que arrastran y establecer alguna clase de sintonía con el prójimo. Pese a que en apariencia no tienen nada en común, sus obsesiones acabarán entrelazándose y transformarán sus respectivas realidades al coincidir en el entorno del parque, bajo cuyos cimientos yace desde hace tiempo un secreto insondable. Por medio de un estilo preciso e implacable, La mirada hostil propone un tenso relato que se va armando desde distintas perspectivas y se adentra en miedos que pocos se atreven a confesar. 4