El autor nos transmite, en apenas doscientas páginas, su interesante experiencia gastronómica y los hábitos alimentarios heredados, que ha hecho suyos. Nos enseña, con orden y buen gusto, muchos de los más ricos platos que cocina para él y sus múltiples amigos. Nos explica cómo se hacen. Muchos los ha fotografiado para que veamos el resultado. Propiamente no es un libro de recetas, puesto que no da las cantidades de los ingredientes de cada plato, pero es más por las sugerentes reflexiones que hace sobre los mismos. Cualquiera que tenga experiencia en la cocina, y un mínimo don, aprende a calcular a ojo de buen cocinero, que acierta casi siempre, después de algunos fracasos. (...) Cocinar debe gustar. Se debe disfrutar cocinando. Es una especie de química natural entre ingredientes naturales. Es, además, fomentar la curiosidad . En definitiva, son sus memorias de los platos que cocina de memoria.