Rompepistas tiene diecisiete años, es punk, vive en el extrarradio de Barcelona y lo hace por y para la música: Generation X, los Clash, los Jam, Las Duelistas... Este último es su propio grupo, donde toca la guitarra y berrea al micro desde detrás de sus lupas de miope. Carnaval, su mejor colega, se ocupa de aporrear la batería, y Clareana, su ex novia y su mayor cargo de conciencia desde que una vez la humilló en público, rasguea un bajo rebosante de ira. Se trata de tocar y tocar y bailar y bailar para mantener a raya la tristeza. Para no empezar a llorar nunca más. Porque al empezar a tocar todo cambia. Toda la mierda se va. En su primera novela gráfica, Rosa Codina adapta la novela de iniciación de Kiko Amat sobre los años salvajes de la adolescencia