Astrid Bromuro quiere nuevos compañeros de juegos y cuando escucha en la radio la historia de los niños salvajes de Gabokonga, no se lo piensa dos veces y convence a su madre para ir allí de vacaciones. Aunque claro está, su objetivo no es recolectar diferentes tipos de plantas para el jardín de invierno de la familia sino... íconseguir un nuevo hermanito!